lunes, 2 de octubre de 2017

Todo brilla aunque no sea oro

JR conversó con Juan Ruiz Quintana, director general de Minería del Ministerio de Energía y Minas (Minem).

—¿Cómo logró Cuba superar estas estadísticas? ¿En qué punto nos encontramos?
—Todos los cambios desarrollados desde 1959 se debieron a la visión futurista de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien en los años 70, a raíz de la situación existente en el sector, convocó a la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y a los países del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) para participar en un gran proyecto de investigación geológica en Cuba.
«Fruto de esa colaboración, el país se dividió en polígonos por regiones para las investigaciones geológicas, con la participación de especialistas búlgaros, alemanes y rusos, fundamentalmente. A finales de la década de 1980 se logró elevar hasta un 70 por ciento el grado de conocimiento del potencial minero de la Isla y realizar un mapa geológico del territorio nacional.
«Fue este conocimiento, devenido en mejor y mayor aprovechamiento de nuestros propios recursos minerales, el que permitió erigir con materiales cubanos las obras económicas y sociales de la Revolución.
«Con ese potencial y la continuidad de los estudios en investigaciones geológicas, hoy contamos con tres grupos empresariales que lideran la actividad minera en el país: Geicon (Grupo Empresarial de la Industria de Materiales de la Construcción), Cubaníquel (Grupo Empresarial de Níquel) y Geominsal (Grupo Geominero Salinero).
«El primero se dedica a la producción de los áridos y los materiales de la construcción con una capacidad para producir más de diez millones de metros cúbicos de áridos; el segundo se concentra en la producción de níquel y el tercero a la de minerales metálicos no-níquel, minerales no metálicos y sal.
«Pero no solo estas tres entidades hacen minería en el país. Al cierre de agosto de 2017 la practicaban 137 entidades pertenecientes a 13 organismos de la Administración Central del Estado (OACE), con 468 concesiones mineras vigentes, de estas cuatro permisos de reconocimiento, 32 de investigación geológica, 273 de explotación, 132 de explotación y procesamiento, y 27 de procesamiento, todas fiscalizadas por la Oficina Nacional de Recursos Minerales (ONRM), única autoridad minera de la nación por mandato de la Ley 76, Ley de Minas.
«Las 137 empresas que hacen minería pertenecen desde la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), hasta los Poderes Populares, a través de las Empresas Provinciales de Producción de Materiales de la Construcción (Empromat), como parte del Programa de desarrollo local en ese sentido que lleva a cabo el Ministerio de la Construcción (Micons)».
—La minería nuclea la vida diaria de los cubanos sin que muchas veces nos percatemos de ella; pero ¿cuántos de los productos que nos rodean son procesados en nuestro país?
—Entre los principales minerales metálicos que se extraen en Cuba se encuentran el níquel, cobalto, cromita, hierro, dore de oro (aleación que contiene como elementos de valor oro y plata), plomo y zinc.
«De los no metálicos: arcilla, arena, arena sílice, arenisca, barita, bentonita, caliza para la producción de carbonato de calcio y cal, canto rodado, caolín, fosforita, gravilla, magnesita, mármol, talco, yeso y zeolita.
 «Como hidrocarburos: tenemos gas natural y petróleo. Y los del mar y el agua: son las aguas minerales, arena de mar, cienos carbonatados (coral), fango termal y sal.
«En la obtención de todos estos productos se utilizan los cuatro métodos básicos de explotación minera: minería de superficie (la más difundida), minería subterránea (actualmente con una sola mina en el centro del país), minería de los hidrocarburos y minería del agua y el mar. Pero a estos, y por iniciativa del Che, se les incorporó un quinto elemento que ha ido ganando importancia en los últimos años: la minería urbana, a partir de la reutilización y el reciclaje».
—La obra de la Revolución, explica usted, se erigió con productos de nuestra minería. ¿Qué lugar ocupan los materiales de la construcción dentro de la actividad minera?
—En 1959 el panorama de la industria nacional de materiales de la construcción era atrasado y precario, con una producción muy limitada y absolutamente incapaz de asegurar las edificaciones que el Gobierno revolucionario proyectaba. Un año antes solo se produjeron en todo el país 2 200 000 metros cúbicos de áridos en unos 160 centros, la mayoría de estos con una explotación artesanal y en los cuales laboraban alrededor de 4 200 trabajadores.
«Prueba del empeño de la Revolución por revertir esta situación ha sido el desarrollo alcanzado hasta la fecha por esta industria, directamente vinculada a todos los programas constructivos para el desarrollo social y económico, y que tiene como importante base las producciones provenientes de la rama extractiva, como los áridos y las materias primas para la cerámica y el cemento.
«Solo 30 años después del triunfo, en 1989, el país produjo 17 300 000 metros cúbicos de áridos, con algo menos de 8 000 trabajadores, para una productividad promedio de casi 2 200 metros cúbicos por trabajador anualmente.
«La ruptura de los lazos económicos y comerciales con los países del extinto campo socialista y la consiguiente contracción de nuestra economía, trajeron consigo dificultades en la disponibilidad de financiamiento, piezas de repuesto y posibilidad de realizar inversiones, lo cual llevó inevitablemente a un fuerte proceso de descapitalización de toda la industria de materiales.
«Contando con lo más importante, el capital humano, se adoptaron estrategias para garantizar el trabajo de la industria en los niveles necesarios, a partir de los recursos financieros disponibles, tomando como premisas: incrementar la producción y reducir los costos, sobre todo los energéticos y el consumo de agua; mejorar la calidad de los productos, humanizar el trabajo, alcanzar la máxima utilización de las reservas disponibles en los yacimientos en explotación, mitigar en lo posible el impacto al medio ambiente y ofertar nuevos productos y servicios que permitieran alcanzar niveles superiores de productividad.
«Hoy, cuando solamente el Micons produce 6 000 000 de metros cúbicos de áridos al año, dos millones de estos de arena, en la producción de materiales de la construcción las actividades están organizadas en 15 empresas productoras creadas territorialmente en cada provincia y en el municipio especial de la Isla de la Juventud, tres especializadas en la actividad de canteras, una nacional especializada en la producción de mármoles y rocas ornamentales, una especializada en los servicios mineros y de prospección geológica (Explomat), y una para las actividades metalmecánicas para la fabricación de piezas de repuesto. La base productiva fundamental cuenta, además, con 112 canteras (piedra, arena, granito, mármoles…)».
—Indiscutiblemente, y aunque otros países nos superen en niveles productivos, el níquel continúa a la cabeza de los minerales metálicos que se producen en la Isla, pero, ¿qué mineral no metálico se le equipara en este escaño?.
—En recursos no metálicos tenemos muchas más potencialidades que en metálicos, y el más importante que producimos hoy es la sal, que está a cargo de la empresa Geominsal y que se utiliza en la alimentación humana y animal, la industria química, la producción de hipoclorito y de cloro, e incluso, en la conservación de alimentos, entre otros.
«En Cuba se producen anualmente más de cien mil toneladas de sal. La que se entrega a la población en la canasta básica normada no está limitada por producción ni por capacidad, sino por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), que evaluó que la cuota que recibíamos anteriormente era alta y el consumo de sal en exceso es dañino para la salud.
«Otros productos importantes son la cal y el carbonato de calcio, a partir de las calizas. Solamente el Grupo Empresarial del Azúcar (Azcuba) produce aproximadamente 50 000 toneladas de cal al año en las seis caleras que tiene en todo el país, y con las cuales garantiza este producto, que se utiliza como clarificador de guarapo para la producción de azúcar. Además, y entre sus múltiples usos industriales, el carbonato de calcio se emplea en la producción de pienso, la confección de pinturas, pasta dental, detergente, jabón y cable, por solo mencionar algunos». (Sigue en la página 4)
—En la cartera de oportunidades para la inversión extranjera 2016-2017 se incluyen varios proyectos relacionados con la actividad minera en la Isla. ¿Cuáles se han concretado y cuáles se proyectan como futuras inversiones?
—A través de prospectos para desarrollar las fases de reconocimiento e investigación geológica (prospección–exploración), se potencian en este momento la explotación y comercialización de metales preciosos (oro y plata), metales base (cobre, plomo, zinc) y otros minerales de interés, los cuales abarcan básicamente cinco regiones y el municipio especial Isla de la Juventud.
«Como recoge la Cartera de Oportunidades, para el oro, la plata, el cobre, el plomo y el zinc existen nueve prospectos y áreas perspectivas en la región central, 14 en la región Ciego-Camagüey–Las Tunas, y diez en la Región Sierra Maestra. En la región Holguín y Macizo Sagua-Baracoa están disponibles 12 prospectos y áreas perspectivas para esos seis metales y el cromo; y en la Isla de la Juventud ocho prospectos y áreas perspectivas para wolframio, micas y caolines».
—¿Y el níquel?
—Actualmente, cuando los proyectos de la minería requieren sumas millonarias, el níquel tiene un proyecto de ferroníquel (nuestros minerales tienen alrededor de 1,5-2 por ciento de níquel y más de 45 por ciento de hierro), hasta el momento único en la Isla, localizado en Moa. Este es un proyecto que cuenta con movimiento de tierra ejecutado en el lugar de ubicación de la planta.
El mineral destinado al ferroníquel es el que por sus características no han podido procesar las actuales fábricas productoras de níquel en Moa. Este constituye un proceso integral de cuyos residuos se fabrican materiales de construcción. 
«La Cartera de oportunidades también tiene otros proyectos para las colas —desechos de la extracción del níquel y el cobalto de la industria en Moa y Nicaro—, y recientemente se firmó una asociación económica internacional con la sociedad mercantil chilena RM Asesorías y Consultoría LTDA para el aprovechamiento de los metales contenidos en las mismas, fundamentalmente para producir concentrado de hierro.
«Existe igualmente un proyecto virgen en la zona de San Felipe, Camagüey, donde hay más de 300 millones de toneladas de mineral, y otro más pequeño en la pinareña zona de Cajálbana, con aproximadamente 50 millones de toneladas de mineral.
«Y en el tema de la minería no níquel se destaca sobremanera el proyecto Emincar —conocido como Polimetálico Castellanos—, ya concluido y que debe comenzar a procesar mineral a partir del 3 de octubre».
—¿Cómo se garantiza desde el Minem la preparación necesaria de los profesionales de la minería en el país?
—Hay tres centros afines a las carreras que tienen que ver con la minería: la Universidad de Pinar del Río, la Universidad Tecnológica de La Habana (Cujae) y el Instituto Superior Minero-Metalúrgico de Moa, donde radica el programa rector de la enseñanza.
«Pero la minería no es ni una licenciatura, ni una ingeniería; la hacemos todos: los choferes de los camiones, las secretarias, los que dictaminan los contratos, los electricistas, los civiles, los agrónomos, los forestales y los ingenieros geólogos, geofísicos, metalúrgicos, químicos y en minas, que son las especialidades afines».

 

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